“Queremos que las habilidades emocionales y sociales sean una prioridad en la educación, y que nuestros materiales sean accesibles para todas las escuelas, independientemente de su ubicación o recursos” – Aida Galera, Fundadora StartKidsUp
Camila González 22/01/25
En un mundo donde la educación emocional y social de los niños se vuelve más crítica que nunca, iniciativas como StartKidsUp surgen para revolucionar el aprendizaje desde la base. Este innovador proyecto, que comenzó como una actividad extraescolar, ha evolucionado para ofrecer herramientas basadas en evidencia científica que preparan a los más pequeños no solo para enfrentar los desafíos actuales, sino también para construir un futuro resiliente y conectado.
Cuando la educación y la innovación se encuentran
StartKidsUp nació de la visión de Aida Galera, una profesional con experiencia en consultoría y transformación digital, quien identificó un vacío significativo en el sistema educativo tradicional por lo que decidió continuar su formación cursando un máster en Innovación Educativa que le permitió conectar su experiencia profesional en innovación con el mundo de la educación. Inspirada por las metodologías de innovación y las tendencias para transformar la enseñanza, decidió llevar el emprendimiento y las habilidades socioemocionales al centro del aprendizaje infantil.
“Mi experiencia en el mundo corporativo me mostró la importancia de las habilidades blandas que no se trabajan lo suficiente en las escuelas. Mi misión era llevar estas herramientas al aula y construir una base sólida en los niños desde una edad temprana”, comenta Aida.
Leaders of Tomorrow: una metodología con propósito
El programa insignia de StartKidsUp, Leaders of Tomorrow, nació de un innovador proceso de co-creación que reunió a educadores, psicólogos y emprendedores. Este enfoque multidisciplinario dio lugar a una metodología única que combina herramientas de vanguardia como Design Thinking, Aprendizaje Basado en Proyectos (PBL), Resolución Creativa de Problemas (CPS) y el método Montessori, todo ello integrado en una experiencia completamente gamificada.
Gracias a esta estructura, el programa enseña a los niños habilidades emocionales, sociales y de liderazgo mientras trabajan en la creación colaborativa de un proyecto innovador con impacto positivo en su entorno. Esta conexión tangible con la realidad de los participantes aumenta su motivación y compromiso, al permitirles visualizar resultados concretos y significativos.
Durante el transcurso de un año escolar, los niños desarrollan competencias esenciales como la autonomía, el trabajo en equipo, la resiliencia, la inteligencia emocional y la adaptabilidad, entre muchas otras. Bajo la guía de sus docentes, aprenden a aplicar estas habilidades en contextos reales y relevantes, promoviendo su desarrollo integral y fortaleciendo su confianza.
El éxito de Leaders of Tomorrow radica en su enfoque flexible y adaptativo. A través de materiales cuidadosamente diseñados, como tarjetas y actividades dinámicas, los docentes pueden personalizar las lecciones según el nivel, las necesidades y el ritmo de aprendizaje de cada grupo. Esto asegura que tanto los niños más pequeños como los mayores encuentren valor en el programa, experimentando una metodología inclusiva, transformadora y enriquecedora.
Retos y aprendizajes en el camino
Uno de los mayores retos que ha enfrentado el equipo ha sido cambiar el enfoque inicial de emprendimiento hacia una base más emocional y social, adaptando el producto a las necesidades reales de los niños y las expectativas de las familias.
“Nos dimos cuenta de que no podíamos empezar pidiendo a los niños que trabajaran en proyectos grandes sin antes enseñarles habilidades básicas como la gestión de emociones, la resolución de conflictos y el trabajo en equipo”, explica Aida.
Este cambio no solo ha mejorado la aceptación del programa entre las familias y las escuelas, sino que también ha resaltado la importancia de una educación integral que priorice el bienestar emocional.
Escalando el impacto: Del aula a toda España
Actualmente, StartKidsUp se encuentra en una fase de expansión clave gracias al apoyo del programa de aceleración Cellnex Bridge. Inicialmente operando en Cataluña, el equipo ha comenzado a llevar su metodología a otras regiones de España, como Madrid y Sevilla, ampliando su alcance y probando su impacto en diferentes contextos educativos. Un piloto en marcha está evaluando la integración de sus recursos directamente en el currículo escolar, utilizando la hora de tutoría como un espacio clave para desarrollar habilidades socioemocionales en los estudiantes.
El programa Cellnex Bridge, ha sido fundamental para esta fase de crecimiento. Según su fundadora, el programa no solo proporciona financiación, sino que también aporta una estructura sólida para guiar el crecimiento del proyecto. «Cellnex Bridge no es solo una aceleradora, es como tener inversores comprometidos que te exigen métricas, resultados y te ayudan a mejorar continuamente», comenta.
Uno de los aspectos más valiosos del programa ha sido el enfoque en la medición del impacto social, un desafío crítico para StartKidsUp debido a la naturaleza intangible de las habilidades que buscan desarrollar. En este sentido, el piloto actual incluye pruebas iniciales y finales para evaluar las habilidades socioemocionales de los estudiantes, así como encuestas para medir la satisfacción y percepción de los docentes, quienes desempeñan un papel crucial en la implementación del programa.
El modelo propuesto por StartKidsUp no solo permite la escalabilidad del proyecto al ser autónomo para las escuelas, sino que también transforma un recurso subutilizado, como la hora de tutoría, en un espacio de aprendizaje significativo.
Un futuro prometedor
El impacto del proyecto ya es tangible en más de 20 escuelas en España, con ambiciosos planes de expansión en el horizonte. En el marco del piloto actual, el equipo busca validar la efectividad de su producto y confirmar la demanda de programas educativos que prioricen el desarrollo socioemocional en el ámbito escolar. Este esfuerzo incluye la evaluación de las habilidades socioemocionales de los estudiantes y la recopilación de feedback tanto de docentes como de familias, lo que les permite refinar y mejorar continuamente su propuesta.
Para Aida Galera y su equipo, el objetivo es claro: “Queremos que las habilidades emocionales y sociales sean una prioridad en la educación, y que nuestros materiales sean accesibles para todas las escuelas, independientemente de su ubicación o recursos”.
Esta visión no solo busca cerrar brechas educativas, sino también crear una base sólida que permita a los niños enfrentar el futuro con resiliencia, empatía y confianza en sí mismos.
